¿Qué se juegan las coaliciones en la configuración de las listas para las elecciones del Consejo Constitucional? Como en toda elección, lo primero y obvio es lo electoral: una presencia tan masiva como se pueda en el órgano donde se tomarán las decisiones. Todas las coaliciones quieren obtener la mayor cantidad de escaños en disputa. Sin embargo, ese criterio es tan fundamental como insuficiente. Porque hoy, acaso más que nunca en años, está en juego la identidad de los partidos que participan del juego político. Y eso tiene hoy una relevancia simbólica y política especial.

Por la derecha, el panorama probable difícilmente cambiará. La diferencia fundamental que hay entre el Partido Republicano y Chile Vamos sobre la necesidad de una nueva Constitución habla por sí sola todos los días. Sería altamente llamativo que Republicanos acceda a unirse con los mismos partidos que criticaron por asociarse al Partido Comunista en las últimas semanas.

Lo que ocurrirá en la izquierda es, no obstante, mucho menos claro. El escenario es especialmente desafiante para el Socialismo Democrático. Al ser minoría y una coalición invitada, la coyuntura los obliga a detenerse ante preguntas inevitables y muy profundas, tanto para su proyecto como para su proyección política.

La definición de ir en lista única con Apruebo Dignidad o no, es un verdadero test para medir el nivel de adhesión que tiene la centroizquierda al Gobierno. Si van en listas separadas, la cosa se pone cuesta arriba. No solo por la natural dispersión de votos y las inevitables ronchas y efectos no deseados que generan las campañas, sino porque sería un precedente divisorio durísimo de administrar desde el 8 de mayo en adelante.

Conectado con lo anterior, la centroizquierda debe preguntarse si es que quieren seguir siendo vagón de cola, o si plantearán sus propias ideas en algo tan fundamental como la configuración de una Constitución. Esta definición es una oportunidad para el Socialismo Democrático de confirmar y reafirmar su propia identidad. Está en juego su esencia. Cada día que pasa dentro del oficialismo, más se diluye su «ethos», y más se mimetiza con el FA y el PC, viéndose obligados a defender —como vimos el 4 de septiembre— cosas que simplemente no creen.

Adicionalmente, el 4S nos dijo otra cosa muy interesante: la identidad puede ser un componente clave en las elecciones. La derecha y parte de la centroizquierda que estuvo por el Rechazo, luego de ser minorías aplastantes y aplastadas en la Convención, vieron cómo su preferencia, movilizada por sus ideas, arrasó en el plebiscito.

La definición en cuestión será una declaración de intenciones. Tendrá, entonces, que resolver la centroizquierda si le atribuye más peso a lo electoral y a la fidelidad al Gobierno del que forman parte, o si se privilegia su historia, su compromiso ideológico y su conexión vital con sus bases. Bello dilema.

Cristián Stewart, director ejecutivo de IdeaPaís, publicada por diario La Segunda en la edición del 19 de enero de 2023