Durante 2022, el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) recibió 22.378 solicitudes de parcelaciones (2.837 más que en 2021). Este panorama, ha generado tensiones asociadas al crecimiento de las ciudades y a la tendencia de habitar la ruralidad, donde lamentablemente el marco jurídico vigente como el proyecto de ley en tramitación han sido insuficientes para resolverlo.
Una buena regulación en esta materia debiera basarse en una planificación territorial bien organizada que permita, por un lado, el desarrollo de proyectos habitacionales y, por otro, que establezca los límites necesarios para evitar los problemas que genera la creación descontrolada de núcleos urbanos en territorios rurales, como la demanda por servicios básicos, el daño a los ecosistemas y la excesiva pérdida de suelo de aptitud agrícola, entre otros.
Actualmente, la regulación contemplada en la Ley de Urbanismo y Construcción y en el Decreto Nº3.516, establece como restricción principal el hecho de que los terrenos no cambien su destinación agrícola, ganadera o forestal, pero no define con claridad qué actividades cumplen con ese requisito y cuáles no, de manera que se genera una permanente pugna de interpretación y, en definitiva, no se logra el objetivo de ordenar el fenómeno de las parcelaciones.
Una línea complementaria para abordar el tema es salir del binarismo entre las zonas urbanas y rurales, siguiendo modelos de planificación territorial existentes en otras latitudes que zonifican el territorio en una transición desde la alta densidad de los cascos céntricos de las ciudades, hasta la ruralidad total, en una gradiente de zonas con distintas posibilidades y restricciones para el desarrollo habitacional.
El proyecto de ley, avanza en materias relevantes que estaban ausentes en la legislación actual, como lo es establecer superficies máximas de construcción en los lotes; y entregar mayores facultades a la SEREMI de Vivienda y Urbanismo para evitar la creación de núcleos urbanos en zonas rurales; entre otras. Sin embargo, hay problemas que aún persisten y de los cuales el proyecto de ley no se hace cargo, como mantener las categorías binarias de zona rural o urbana, sin atender las demandas para flexibilizar esta categorización. Así, la iniciativa no avanza lo suficiente para fijar fórmulas ordenadas de habitabilidad rural que permitan transiciones adecuadas entre zonas rurales y urbanas, posibilitando el desarrollo de proyectos habitacionales, pero a la vez restringiéndolo para resguardar el medio ambiente y el adecuado uso del territorio.
Juan de Dios Valdivieso, director regional de IdeaPaís O´Higgins y Matías Riveros coordinador regional IdeaPaís O´Higgins , publicada por El Tipógrafo en la edición del 23 de febrero de 2023