La aprobación de las 40 horas en el Senado supone la primera gran victoria legislativa del oficialismo. Junto con el salvataje del ministro Jackson y la presidencia de Vlado Mirosevic, la reducción de la jornada laboral asoma como la tercera conquista del gobierno. Y ello merece ser destacado en un contexto de tan profundas y sucesivas derrotas.
Ahora bien, no se debe olvidar que el proyecto aprobado por el Senado dista mucho de aquella moción presentada por Cariola y Vallejo en marzo de 2017. Por ejemplo, la posibilidad de concentrar la jornada en cuatro días a la semana, la alternativa de calcular las 40 horas sobre la base de promedios semanales en lapsos de hasta cuatro semanas, o su implementación progresiva, son aspectos incorporados fruto de la contribución de otras fuerzas políticas que, compartiendo el fin del proyecto, consideraban que su versión original requería de importantes cambios para ser un aporte al país. Así pues, la flexibilidad que se introdujo también es motivo de celebración entre las filas de oposición.
En definitiva, esta reforma al Código del Trabajo representa un triunfo parcial tanto de izquierdas como de derechas, y reflejo de ello es la elevada aprobación que obtuvo en la Sala del Senado. No hubo imposición ni suma cero, tampoco ganadores ni vencidos: hubo política.
Francisco Medina, investigador de IdeaPaís, publicada por diario La Tercera en la edición del 25 de Marzo de 2023