En las discusiones públicas recientes respecto al contenido del Estado social, muchas han sido las discusiones respecto al rol del Estado. Sin embargo, un sector no menor parece esperar que en el nuevo orden constitucional el Estado social sea, en palabras de Pereira Menaut, un Estado intervencionista que hace de psiquiatra, consejero familiar, empresario, asistente social, gestor y promotor cultural.

Los que entienden el Estado social como uno interventor, omnipresente y reconfigurador de la esfera privada de la sociedad civil, parecen olvidar que justamente esta magnificación de las facultades e intervencionismo estatal es la peor versión del Estado social y es exactamente la que lo tiene en crisis en algunos países. Los problemas de endeudamiento y de eficacia en la gestión del poder público son el resultado de esa errónea concepción, la de un Estado todopoderoso donde no haya sociedad civil participando y teniendo un rol.

No vaya a ser que, por esas aspiraciones a todo o nada, empecemos teniendo un Estado fallido.

Beatriz López, investigadora IdeaPaís, publicada por La Tercera en la edición del 03 de abril de 2023