Señor director:

Luego de un largo silencio, esta semana el Ejecutivo se sumó al debate de sala cuna ingresando una indicación sustitutiva al proyecto de ley del ex Presidente Piñera, tal como señalan en su carta de ayer los Ministros de las carteras relacionadas. Sin embargo, no son buenas noticias.
Aún cuando aumenta la cotización de un 0,1% a un 0,2% (lo que incrementa el capital de fondo), e incorpora la corresponsabilidad dejando de ser un beneficio sólo para las madres, el proyecto no resuelve el problema de fondo, esto es la calidad de las salas cunas, e incorpora una letra chica que perjudica el acceso de los niños a las salas cunas.

En efecto, el gobierno con su propuesta busca excluir a los privados del beneficio de sala cuna universal, pues establece que sólo los establecimientos que cuenten con Reconocimiento Oficial podrán acceder, no así los que cuenten con Autorización de Funcionamiento (los privados), siendo que la exigencias de calidad son iguales para ambos. ¿Qué posibilidad real existirá de cubrir la mayor demanda excluyendo a los privados? Esto resulta aún más problemático, pues en otro proyecto de ley ingresado esta misma semana, el gobierno retrasa en 10 años la obligación de los establecimientos que reciben aportes del Estado para obtener el reconocimiento oficial. Es decir la única alternativa disponible para efectos del beneficio laboral de sala cuna es la provisión estatal sin asegurar su calidad.

En síntesis, malas noticias: las indicaciones sustitutivas del gobierno no se hacen cargo de las principales críticas que se hicieron al proyecto de ley: la carencia de una “perspectiva educativa”; quedando de manifiesto una vez más, su verdadero problema: la participación de privados en la educación. El Ejecutivo desechó la gran oportunidad de relevar la educación de primera infancia pues, lo cierto es que ni la calidad ni la promoción de nuevas matrículas estuvo entre sus objetivos.

Magdalena Vergara, es Directora de Estudios de IdeaPaís, Francisca Figueroa y Francisco Alessandri, son Investigadores de IdeaPaís. Carta publicada en El Mercurio, el 12 de mayo.