Señor Director,
Las elecciones en Francia evidencian la polarización política de una sociedad que busca certezas en un contexto incierto, tenso y socialmente complejo. Los resultados reflejan diferencias generacionales y territoriales, unidas en rechazo a quienes gobiernan y no dan respuestas a sus prioridades.
Lo que pasa en Francia, es un fenómeno global. Los ciudadanos demandan liderazgos claros y políticas efectivas que aborden sus preocupaciones diarias: seguridad pública, inmigración, certidumbre económica y estabilidad social.
La política de jugar a ser diques contra los extremos ha fracasado en Francia y el mundo. Una estrategia más propositiva y efectiva tomó la CDU-CSU en Alemania, quienes ajustaron su programa para: controlar la migración a la par de cumplir su responsabilidad humanitaria; fomentar una industria robusta orientada a un crecimiento sostenible, innovación y creación de empleos; promover la cohesión social con equidad y seguridad social; poner el foco en las familias y su calidad de vida tanto en ciudades como en el campo; y atender la seguridad para garantizar la libertad.
Eso necesitamos: posturas responsables que atiendan a las necesidades de las familias con realismo, construyendo mayorías duraderas.
Santiago Acosta es coordinador del área internacional de IdeaPaís. Carta publicada en La Tercera, el 6 de julio.