Señor Director:
A propósito del 8M, en varios grupos de mi whatsapp se generó el debate si corresponde –o no– desear feliz día a las mujeres. Hace un par de años era impensable plantear la duda. Pero hoy, al parecer, sí podemos preguntarnos si caben en una fecha tan importante la celebración y la conmemoración. ¿Es posible reflexionar sobre la situación histórica y actual de la mujer –la cual innegablemente es una de desigualdad y subyugación– y, a la vez, celebrar y destacar lo que significa ser mujer, su valor en una sociedad?
Hasta yo misma he cambiado de parecer. Al haberse diluido tanto lo que significa ser mujer en la modernidad –hoy en algunos contextos es casi imposible sostener que existen mujeres– no solo me parece posible, sino que, profundamente necesario destacar y reconocer el valor de las mujeres en nuestras comunidades. Hacerlo supone defender que las diferencias sexuales sí son relevantes en nuestra convivencia y la complementariedad de ellas un valor en sí mismo. Y reflexionar y luchar por mejores condiciones de vida para las mujeres, necesariamente se fundamenta en reconocer que somos un aporte en la sociedad y eso también merece ser celebrado.
Emilia García es Investigadora de IdeaPaís. Carta publicada en El Mercurio, el 10 de marzo.