Señor director:
Chile envejece. Los bajos índices de natalidad y el aumento en la esperanza de vida nos obliga a pensar en políticas sociales que aborden este fenómeno.
Sin duda, la creación de un Sistema Integral de Cuidados va en la dirección correcta. El cuidado es un componente crucial para la reproducción y conservación de la vida humana. Sin embargo, la crisis de los cuidados nos plantea no sólo el desafío de generar políticas públicas en pos de las personas que cuidan y que requieren cuidados, sino también aquellas que incentiven la natalidad.
Aunque no hay recetas mágicas para promover la fecundidad, la experiencia comparada arroja luces interesantes. Los incentivos económicos, por ejemplo, (como un subsidio monetario por nacimiento) no tienen el efecto esperado en la tasa de fecundidad, al no cubrir significativamente los costos reales de crianza. Sin embargo, aquellas políticas que sí han surtido efecto son las que han creado las condiciones favorables (en el ámbito laboral y familiar principalmente) para que las personas que desean tener hijos puedan tenerlos.
Si tenemos en cuenta que los bajos niveles de natalidad y el aumento en la esperanza de vida no solo condicionan la situación del país en términos demográficos, sino también la trayectoria social y económica futura, la movilización de recursos (económicos y humanos) para contener este fenómeno no se considerará un gasto, sino una inversión para el futuro.
Carta por Emilia García y Daniela Guzmán, Investigadoras de IdeaPaís, publicada por diario La Tercera en la edición del 24 de diciembre de 2022.