Señor director:
Ayer, el Presidente Boric, expresó: «Qué bueno que los que se creían poderosos vayan a la cárcel», refiriéndose a la prisión preventiva de Luis Hermosilla. Resulta curioso que el Presidente, quien se presenta como un defensor de la igualdad ante la ley, parezca olvidar que la Constitución le prohíbe emitir juicios de valor sobre causas judiciales en curso. Es precisamente lo que sucedió en este caso, vulnerando así el mismo principio que dice defender. Aún más sorprendente es que no considere que Miguel Crispi, uno de sus asesores más cercanos, contrató a Hermosilla para defenderlo en el escándalo del Caso Convenios.
El Presidente debería ser más prudente en sus dichos, no sólo porque su cargo se lo exige, sino que por lo visto los «todopoderosos» no conocen de bandos políticos.
Arnau Sarrà es investigador de IdeaPaís. Carta publicada en La Segunda, el 28 de agosto.