Señor Director:
Elisa Walker, en su columna publicada en este medio, señala que no debe existir en la sociedad conyugal la opción de que los cónyuges elijan al administrador, siendo la cogestión la única posibilidad. Sin embargo, parece olvidar que esa alternativa tiene como inevitable consecuencia la eliminación del patrimonio reservado de la mujer.
La abogada considera que, de no imponerse la cogestión, la mujer podría seguir atada de manos en la administración del patrimonio familiar, al verse presionada a entregar dicha administración al marido. Sin embargo, parece desconocer que esa presión sobre la mujer no deja de existir en los hechos sólo porque la ley lo indique. En este sentido, la mujer podría en la práctica verse más perjudicada, porque al asumir legalmente la cogestión, será también responsable de la mala administración que según la ley esta ejerce conjuntamente con el marido, aun cuando en los hechos esto realmente no ocurra.El avance en igualdad de derechos entre marido y mujer no debe ir en desmedro de una justa protección hacia esta, sobre todo si sabemos que ciertos abusos pueden persistir en la práctica y este proyecto de ley puede es tar dejándola sin herramientas legales frente a ello.
Francisca Figueroa es Investigadora de IdeaPaís. Carta publicada en La Tercera, el 27 de marzo.