Señor Director: 

En la decisión del retail de abrir sus puertas en Viernes Santo se encuentra algo más profundo que la “conciliación del respeto a las creencias religiosas y los objetivos empresariales”, tal como plantea don Enrique Cruz en su carta del viernes. 

En ella subyace una paulatina privatización de la fe que promueve –consciente o inconscientemente– nuestra sociedad, lo cual reniega de la dimensión social de la espiritualidad, casi como si fuese una actividad recreativa. 

Precisamente lo que ha caracterizado históricamente al Viernes Santo es la pausa del ajetreo del mundo por la muerte de su Salvador para un día –solo un día–, promover el recogimiento de la sociedad en su conjunto. Sociedad, por lo demás, cada vez más desorientada por el consumo y el hedonismo como fuente de identidad.  

José Manuel Cuadro es coordinador editorial de IdeaPaís. Carta publicada en El Mercurio, el 19 de marzo