Señor Director:

En el fragor de la campaña presidencial, el oficialismo argumenta que la candidatura de José Antonio Kast es un riesgo para la democracia, ya que se trataría de un representante de la “ultraderecha”. Esta estrategia electoral esconde dos inconsistencias.

En primer lugar, José Antonio Kast ha dado muestras de respeto irrestricto a la democracia. De hecho, en la última elección presidencial Kast reconoció el triunfo de Gabriel Boric antes que Daniel Jadue.

En segundo término, es precisamente la ultraizquierda latinoamericana la que ha destruido de modo sistemático la democracia en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Y en Chile también se intentó seguir ese camino por “la vía de los hechos”. En efecto, el mayor atentado contra nuestra democracia en las últimas décadas fue lo que se quiso hacer con el Presidente Piñera en su segundo gobierno.

Coincidimos con la preocupación por cuidar la democracia, pero por ese mismo motivo las izquierdas deberían ser más autocríticas.

Firman: Claudio Alvarado, Leonidas Montes, Fernando Claro, Rafael Aldunate, José Francisco Lagos, Jorge Jaraquemada, Juan Pablo Rodríguez, Bettina Horst, Cristián Stewart, Juan José Obach, Juan Francisco Galli y Carmen Soza. Quienes suscriben pertenecen al Instituto de Estudios de la Sociedad, Centro de Estudios Públicos, Fundación Para el Progreso, Instituto Libertad, Instituto Res Publica, Fundación Jaime Guzmán, Fundación P!ensa, Libertad y Desarrollo, IdeaPaís, Horizontal, Pivotes, e Ideas Republicanas, respectivamente. Carta al director publicada en El Mercurio, el 9 de diciembre.