Señor Director:
Algo especialmente notable del discurso del Presidente electo es el lugar que le da a la virtud en la política. Nos llamó a que cuidemos a nuestros abuelos, que apoyemos a nuestros vecinos, que limpiemos nuestros barrios, que respetemos siempre y por sobre las diferencias. La política no es ajena a la vida cotidiana, ni se trata solo de lo que debe o no debe hacer el Estado. Es, ante todo, la forma de relacionarnos como comunidad, y en ese sentido, el rol de la virtudes humanas es insustituible.
Michael Comber es director de formación de IdeaPaís. Carta publicada en El Mercurio, el 18 de diciembre.
