Señor Director:
Agradezco la carta de Elisa Walker, con quien ciertamente compartimos la relevancia de la institución matrimonial y la necesidad de avanzar hacia una mayor equidad en los derechos y responsabilidades económicas entre los cónyuges.
Sin embargo, el propio proyecto de ley que modifica la sociedad conyugal sospecha de la real concreción de dichos ideales cuando se trata de la adquisición de un inmueble mediante subsidio habitacional: si quien lo adquiere es la mujer, ingresa a su patrimonio, en cambio, si es el hombre, aumenta el haber social. Esta es una herramienta legal concreta frente a una desigualdad social y económica que las buenas intenciones de la ley no logran suplir.
La pregunta que nos hacemos, entonces, es si deben eliminarse otras herramientas – como el patrimonio reservado de la mujer – más efectivas en la consecución de la ansiada equidad, que una mera igualdad legal que en la práctica podría ir en perjuicio de la mujer.
Francisca Figueroa es Investigadora de IdeaPaís. Carta publicada en La Tercera, el 1 de abril.