El escenario presidencial se va perfilando con claridad.
Evelyn Matthei insiste en apostar por la unidad del sector, pero los llamados a la convergencia han fracasado una y otra vez. Todo indica que no habrá una primaria amplia en la derecha, lo que dejará en evidencia las fracturas de una oposición que debiera actuar como bloque.
En contraste, la izquierda parece encaminarse a una gran primaria, desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista; estrategia que podría otorgarles una ventaja considerable en términos de movilización y legitimidad.
En ese escenario, y luego de la negativa final de Bachelet de volver a la contienda presidencial, Carolina Tohá surge como la favorita para imponerse en la primaria oficialista. Su renuncia como ministra del Interior marca el inicio de una campaña que parece inevitable. Su trayectoria y experiencia en el Gobierno, contrario a lo que muchos sugieren, la posicionan como una contendora fuerte.
El contraste entre un oficialismo alineado en torno a Tohá y una derecha fragmentada deja a Matthei en una situación compleja. La falta de unidad en su sector no solo dificulta su camino a la presidencia, sino que además proyecta una imagen de desorden que podría costarle caro en una eventual segunda vuelta. A esto se suma el desafío de enfrentarse a un electorado de izquierda unido que, cuando logra articularse en torno a una figura común, ha demostrado ser altamente competitivo.
Carolina Tohá es, sin duda, una política de gran envergadura, con una trayectoria sólida y una capacidad comprobada de conducción. Su desempeño en el Ministerio del Interior fue clave para dar orden y seriedad al gobierno de Boric tras la caótica gestión de Izkia Siches. Sin embargo, su principal desafío será trascender esa imagen de liderazgo técnico y conectar con la ciudadanía en un rol más electoral. Ser una gran política no garantiza ser una gran candidata, y menos cuando se proviene de Interior.
Pero no todo es color de rosa en el oficialismo. La despedida que le hizo el presidente Boric en el cambio de gabinete posicionó a Tohá como la sucesora natural del gobierno, pero a la vez deja al mandatario en una situación incómoda. Su partido, el Frente Amplio, aún busca levantar un candidato propio para la primaria. La pregunta inevitable es: cuando llegue el momento de definir el abanderado oficialista, ¿qué hará Boric? ¿Respaldará a su partido, contradiciendo su respaldo público a Tohá? ¿O desafiará la decisión de su partido para respaldar a una candidata ajena a sus filas?
La elección de 2025 se vislumbra como una contienda desafiante para todos los sectores.
Emilia García es directora de estudios de IdeaPaís. Columna publicada en El Líbero, el 09 de marzo