Señor director:
“Sin casas para los jóvenes, no hay matrimonios, no hay natalidad, no hay familias”, dijo García-Gallardo, Vicepresidente de la Junta de Castilla y León, refiriéndose a la situación habitacional de España, donde la tasa de propiedad ha disminuido considerablemente para las generaciones jóvenes. No obstante, es importante destacar que en términos generales la propiedad de los españoles bajó de un 79,5% al 76% entre los años 2010 y 2022. ¿Y qué pasa en Chile?
En nuestro país, para el mismo periodo, la tasa de propiedad pasó de un 65,5% al 57% (SIMIAN, 2023). En otras palabras, somos un país más arrendatario que España y experimentamos un proceso mucho más acelerado de transformación que el resto del mundo. Suiza y Alemania, por ejemplo, son países más “arrendatarios” que nosotros, pero no han sufrido grandes cambios en los últimos años. Hasta el 2017, en Chile veíamos una tasa de propiedad similar en todos los quintiles de ingreso, sin embargo, en el 2022 se evidenció la aparición de una brecha en el acceso a la propiedad de la vivienda entre los niveles de más altos y más bajos ingresos.
¿Somos entonces un país de propietarios? Quizás íbamos en esa senda, pero hoy ya no. Y cómo abordar esta situación, debe ser una prioridad en el debate.
Michael Comber es Arquitecto de IdeaPaís. Carta publicada en El Líbero, el 28 de mayo.