Los resultados de la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores regionales de Los Lagos arrojaron como ganador a Alejandro Santana (51,87%), el candidato de Chile Vamos apoyado por independientes y por los partidos de Amarillos por Chile y Demócratas. El triunfo lo obtuvo por sobre Claudia Reyes (48,13%), candidata del Partido Republicano.
Lo primero a relevar es que esta segunda vuelta de gobernadores se disputó entre dos candidaturas de oposición, situación inédita en el país. Se podría sostener que los casos de corrupción vinculados a autoridades del oficialismo generaron hastío en la región, pero esto no basta para explicar el desencanto de este territorio con la izquierda, ya que no son exclusivos de esta región y solo acá existe este panorama electoral. Pienso que el progresismo también fue golpeado en esta región producto de una sobreideologización e identitarismo que le impidieron proyectar una vocación de mayorías, en un territorio que aún alberga fuertes vínculos con el folclore, con lo rural y con las tradiciones profundas de Chile.
En segundo lugar, es relevante que la candidatura de Santana logró mayor apoyo y transversalidad en la segunda vuelta, a pesar de que Reyes obtuvo una cantidad importante de votos en un escenario de dos oposiciones compitiendo y ubicándose ella al extremo del abanico. En una región en que el desencanto y hastío con el proyecto de la nueva izquierda es evidente, puede ser que la alternativa más intransigente haya hecho eco en mucha gente, pero para gobernar no basta con esto, sino que se requiere congregar a una mayoría más amplia y transversal.
Al respecto, me permito una reflexión: hay quienes confunden dialogar y sentarse a la mesa con quien piensa distinto con la renuncia a los principios propios, pero se trata de cosas distintas. Una cosa es esconder lo que se piensa y otra es estar dispuesto a conversar y trabajar con el que piensa distinto cuando Chile lo requiere, para lo cual es necesario resistir a la lógica dicotómica de comprenderlo como enemigo. No quiero decir que Claudia Reyes -por quien tengo el mayor respeto- represente esto, pero sí creo que, a ratos, para muchos chilenos, el Partido Republicano sí lo hace, aproximándose a la realidad como si esta estuviera poblada por “buenos” y “malos”. Por otro lado, Alejandro Santana ha sido un servidor público que, con luces y sombras (como todos), en su trayectoria ha sido fiel a sus principios en las cuestiones trascendentales, pero que, además, es capaz de sentarse a la mesa con todos, lo cual le otorgó mayor legitimidad frente a la mayoría de los habitantes de la región. La región en esta elección le cierra la puerta a un proyecto identitario y de minorías vociferantes que desconoció su identidad y tradiciones, pero -y a pesar de que legítimamente mucha gente está demandando claridad para enfrentar la agenda desarraigada de la nueva izquierda- opta por hacerlo a través de un proyecto más transversal, lo cual es positivo para el territorio.
Matías Domeyko, director regional de IdeaPaís en Los Lagos. Columna publicada en Diario El Llanquihue, el 03 de diciembre.