El estudio de IdeaPaís “Perspectivas y Desafíos del Postnatal Masculino en Chile” plantea que para que la licencia sea exitosa el padre tiene que ser titular del beneficio, eliminar el tope mensual (73UF), y que sea flexible en los tiempos.
Uno de los objetivos de la Ley sobre el Permiso de Postnatal Parental (PPP) era que los hombres pudieran acceder a semanas de postnatal y dedicar más tiempo a sus hijos y así incentivar la corresponsabilidad en el cuidado y crianza. Sin embargo, según datos de la Superintendencia de Seguridad Social, desde su implementación sólo se han traspasado un 0,23% del total de subsidios.
Si bien el PPP ha significado un tremendo aporte para las madres e hijos que han podido estar más tiempo juntos, lo que hace hoy es entregar la posibilidad de repartir -cediendo al padre una cantidad de semanas de la madre-, y no de compartir el cuidado con un enfoque de corresponsabilidad.
“Podemos encontrar factores culturales y sociales, pero también fallas en el diseño de la política. En la mayoría de los países, por ejemplo, -incluido Chile- las políticas de conciliación se refieren casi en su totalidad a los “derechos de las mujeres” sin considerar los derechos y deberes de los hombres”, sostiene Emilia García, investigadora de Políticas Públicas de IdeaPaís.
“Esto refuerza -mediante legislación y políticas públicas-, por un lado, la doble función de las mujeres (de madre y trabajadora) y la idea de que el padre es un invitado en la crianza”, agrega.
Es por eso que el estudio de IdeaPaís “Perspectivas y Desafíos del Postnatal Masculino en Chile” analiza el funcionamiento de la ley “PPP” y expone tres factores que han desincentivado el traspaso de semanas de postnatal a los padres.
El primero es la titularidad al derecho de postnatal. El PPP fue concebido como una extensión del postnatal de las madres, quienes pueden cederla en parte y de manera voluntaria a los padres. Sin embargo, la evidencia indica que una de las características que contribuye a que aumente la tasa de uso de estos permisos es el criterio de intransferibilidad de este y así no dependa de la voluntad de la madre. Como es en el caso de países como Noruega o Suecia.
El segundo es el tope al subsidio mensual, que hoy es de 73 UF. Lo anterior, desincentiva a los padres que tienen una remuneración superior al tope para que soliciten el traspaso. Y, por último, el padre hoy está obligado a tomarse sus cinco días de postnatal durante el primer mes después del nacimiento, y las semanas traspasadas inmediatamente después del postnatal de las mujeres, siento este un régimen absolutamente rígido.
Así, para fomentar el uso por parte de los hombres y que la licencia sea realmente exitosa, Emilia García explica que se debería “aumentar los días de postnatal masculino; eliminar el tope al subsidio y que sea financiado por el Estado y no por el empleador; y por último, flexibilizar el uso de la licencia permitiendo su fraccionamiento en distintos periodos”.
La investigadora de IdeaPaís añade que teniendo en cuenta estos tres factores, es posible diseñar un nuevo Sistema de Protección, no solo de la maternidad, sino también, de la paternidad.
Por último, reflexiona que “si no se considera el cuidado como una responsabilidad que involucra a padres y madres, la sobrecarga de las mujeres será mayor. Al mismo tiempo que, si los hombres no dan el ejemplo a sus hijos, habrá menos personas dispuestas a hacerlo en el futuro”.