Señor director:

En su columna de ayer, la profesora Verónica Undurraga señaló que el lenguaje de los derechos es el único discurso constitucional que tenemos disponible “cuando queremos dedicar todas nuestras fuerzas para proteger algo que nos parece particularmente valioso”. Por ello la inédita extensión del catálogo de garantías establecido en la propuesta de nueva constitución no representaría un problema.

Sin embargo, la académica parece olvidar que es precisamente por esas razones que necesitamos prudencia y sobriedad a la hora de consagrar derechos fundamentales. En otras palabras: la fuerza del lenguaje de los derechos corre el riesgo de diluirse cuando intentamos proteger cualquier aspiración legítima mediante tal nomenclatura.

Si realmente queremos conservar incólume el carácter perentorio y prioritario de los derechos, el camino maximalista, elegido por la propuesta de nueva constitución, no parece el más adecuado.

Columna por Francisco Medina, Investigador Constitucional de IdeaPaís, publicada por La Segunda en la edición del 25 de agosto de 2022.

Imagen: Agencia Uno / elmostrador.cl