Señor Director:

El sueño de ser institutano hace dieciocho años era la aspiración de muchas familias que veían en el Instituto Nacional, y en los liceos emblemáticos, una oportunidad para que sus hijos pudieran recibir una educación pública de excelencia.

Cupos vacantes, pérdida de clases, crisis de violencia y la reciente caída del ranking PAES, son desalentadores síntomas del diagnóstico actual de los liceos emblemáticos.

¿Qué espacios educativos públicos de excelencia quedarán para las próximas generaciones?

El sueño de ser institutano hoy tiene un duro golpe de realidad…

Cristóbal Torés es Pasante de IdeaPaís. Carta publicada en El Líbero, el 12 de enero.